¿La adopción es fascismo?
La adopción cerrada, entendida como la práctica de adoptar niños sin contacto con sus familias biológicas y sin posibilidad de acceso a su historia personal, ha sido utilizada por regímenes fascistas y neofascistas como herramienta para moldear identidades, suprimir opositores y reforzar ideologías autoritarias. A continuación, se presenta una correlación entre esta práctica y los movimientos fascistas y neofascistas, tanto a nivel global como en España.
Fascismo y Neofascismo: Instrumentos de Control Social
El fascismo, como ideología y régimen político, se caracteriza por el autoritarismo, el nacionalismo extremo, la glorificación de la violencia y la represión de la disidencia. Los movimientos neofascistas contemporáneos mantienen estos rasgos, adaptándolos a contextos actuales, como la oposición al liberalismo, el rechazo a la inmigración y la exaltación de la cultura nacional.
Adopción Cerrada en el Contexto Fascista
La adopción cerrada ha sido instrumentalizada por regímenes fascistas para:
- Reemplazar identidades: Niños de familias opositoras eran adoptados por familias afines al régimen, borrando su origen y lealtades políticas.
- Reforzar ideologías: Al adoptar niños en
instituciones controladas por el Estado o la Iglesia, se aseguraba su educación y adoctrinamiento según los valores del régimen. - Suprimir la disidencia: Al eliminar los lazos familiares, se dificultaba la transmisión de ideologías contrarias al régimen y se aislaba a los individuos del contexto social y político de sus orígenes.
Caso de España: Los Niños Robados del Franquismo
En España, durante la dictadura de Francisco Franco, se estima que entre 30.000 y 300.000 niños fueron sustraídos de sus familias, especialmente de familias republicanas, y entregados a familias afines al régimen.
Estas prácticas fueron facilitadas por:
- El Patronato de Protección a la Mujer: Institución que operaba centros de internamiento para mujeres y niñas, donde se producían adopciones irregulares.
- Modificaciones en el Registro Civil: Niños eran registrados con nuevos nombres, ocultando su identidad y origen.
- Colaboración de la Iglesia Católica: Numerosos casos involucraron a miembros del clero que facilitaban estas adopciones ilegales.
Neofascismo y la Persistencia de la Práctica
Aunque el régimen franquista terminó en 1975, las prácticas de adopción cerrada y la manipulación de identidades no desaparecieron por completo. En la actualidad, algunos grupos neofascistas en España y Europa han intentado revivir estas prácticas como parte de su estrategia para fortalecer su ideología y controlar narrativas históricas.
Conclusión
La adopción cerrada ha sido utilizada históricamente por regímenes fascistas y neofascistas como herramienta para controlar, suprimir y moldear identidades. En el caso de España, la dictadura franquista implementó estas prácticas de manera sistemática, con consecuencias profundas y duraderas para las víctimas. La persistencia de estas prácticas en contextos neofascistas actuales subraya la importancia de reconocer y abordar este fenómeno como parte de la lucha por la memoria histórica y los derechos humanos.

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